Correas
Cuando menos sé de ti
más ardo en deseo de verte,
pensarte, puro placer,
algodona las grises horas interminables
de esta estúpida ciudad.
Deseos nocturnos
de amaneceres lejanos.
Cuando no me reconozco,
en ese momento
en el que abro mi desolado corazón,
es ese justo momento
en el que ya no hay vuelta atrás,
ese momento
en el que cubro de miedo y melancolía mis risas,
ese momento
en el que los muros del amor,
limitan las alas de mi indomable cabeza…
Ahora,
solo pienso,
que no me duelan las correas.
Fredeswinda Gijón
poet/day 6